A veces
me llamo ‘peritio.’
 
(Borges nos dice esto. Que el animal solo te matará una vez.
Y yo…)
 
Sobre una sombra soñado en mi pasado,
en la noche del cielo y entre estrellas en forma de hielo,
yo—la bestia—pienso y no recuerdo
ojos de color de miel.
Pero en mi corazón, dentro mi pecho, entre mis alas,
sé que son ojos algo familiares.
 
(Borges no dice esto.
Solo hay que fingir y fijar nuestras fantasmas a fin de que no se extingan perdidos en un cerebro cerval.)
 
A veces
quiero (a) ser humano
con ojos color miel.
Una extranjera de raras tierras. Sus dioses les deseo, su sangre, su piel.
Es la sombra, es mi hija, es mi ama, mi alma.
Y yo…
 
(Borges nos dice esto. Que el animal solo se matará una vez.
Pero no…)
 
No soy poderosa.
Los otros peritios por sus labios llevan sangre
por sus cueros llevan sangre,
por sus cuernos llevan sangre,
por sus sombras llevan ciervos.
Pero yo no soy poderosa.